sábado, 31 de octubre de 2009

La LOPEZ PEREIRA

La López Pereira, zamba de Don Artidorio Cresseri, presenta dos peculiaridades:

  1. Polémica sobre su autoría: si bien la misma originalmente se le atribuyó a Don Andrés Chazarreta, finalmente la misma quedó registrada a nombre de su verdadero autor: Artidorio Cresseri.
  2. Dicotomía entre su título y su contendio: Si bien este último no presenta la menor duda que se refiere a una historia de amor, su título nada tiene que ver con el enamorado ni su enamorada.

En efecto. Don Artidorio Cresseri, su autor, cometió un “desliz” por el que podía ser condenada a muchos años de prisión.

Necesitado de un abogado que defendiera sus derechos y lograra la menor condena posible, contrata al Dr. Carlos López Pereira, quien logra su cometido.

Dado los escasos recursos con los que contaba Don Artidorio, no tiene otra forma para cancelar sus honorarios que inmortalizar a su defensor con el título de esta zamba emblemática.

A continuación transcribo parte de lo extraido de http://www.folkloretradiciones.com.ar/representantes/cresseri_artidorio.htm

DON ARTIDORIO CRESSERI

De familia Italiana de Artistas y Poetas, nació en la Ciudad de Salta 5 de marzo de 1862.

El padre formaba parte de esa legión de salteños que comerciaban con los países andinos llevando hacia esos sitios mulas engordadas en los valles y retornaba con monedas de plata y artículos traídos de España. A los once años, Artidorio comenzó a viajar acompañando a su padre a esas tierras, lo que determinó que se quedara luego residiendo en Tarija, y desde allí comenzó a viajar a Sucre, familiarizándose con la música y los bailes andinos.

Puliendo las primeras lecciones de su madre, a los 16 años Artidorio Cresseri era ya "un experto pianista". En 1880 dio a conocer su "Bailecito de Bolivia", pieza muy "festejada y bailada por los bolivianos", que pronto alcanzó popularidad en Salta y en Jujuy.

Además de dedicarse al ejercicio de la composición e interpretación de la música, ejerció la docencia. Fue maestro de primeras letras, luego Director de la Escuela Elemental Número 1 y a su retiro de la misma, se dedicó a la enseñanza musical.

Autor de letra y música de la zamba La López Pereyra, expresión emblemática del folklore Argentino hecha popular, entre otros grandes del folklore, por “Los Chalchaleros” y Los Fronterizos”. Escrita a finales de la década de 1910, su título original fue: Chilena dedicada al doctor Carlos López Pereyra.

Chazarreta y otros autores recogieron en el folklore popular del norte y la difundieron como de autor anónimo, los conflictos que derivaron de la discusión de la autoría de esta popular zamba -la zamba por excelencia de la provincia de Salta- recién se resolvieron en los finales de los años veinte.

Cresseri recorrió toda su vida las provincias del norte, ocupado de afinar pianos y enseñando. Ya vencido por los años y la miseria, murió en la indigencia, a los 86 años, en un hogar para ancianos de la Ciudad de Salta, el 18 de Octubre de 1950'.

...O quizás un cuchillo o vaya uno a saber de que desgraciada manera fatal, este compositor bohemio y músico empedernido despenó a la causante de sus descontrolados celos. Lo indudable es que don Artidorio Cresseri estuvo enamorado hasta los huesos de la víctima de la demencial actitud. Y si no ha sido así, cómo pudo recordarla en su forzado encierro de una manera tal que no recuerdo salteño y muchísimos más que no la cante o la sepa (mal, regular o bien) y la entone como algo propio y por su cualidad de innegable himno salteño.

El contexto metafórico no conlleva ni un dejo de despecho, rabia, indignación o algo muy oculto o “entre líneas” que deje entrever “algo” de pequeñez o chatura. Todo el texto es una tristísima elegía de enamoradísimo ser que ante la adversidad irreversible, derrama su alma en cada verso y como remate ruega “al Dios piadoso resignación...”

El título de tamaña zamba no tiene nada que ver con la historia, la leyenda, del cómo, del cuándo y los por qué del contenido sentimental del poema. El doctor César o Carlos López Pereyra, abogado, recibe el agradecido homenaje de Don Artidorio por haberlo “salvado” quizás de una cadena perpetua por su demencial delito, al conseguir la absolución del imputado (Don Artidorio) por “emoción violenta”.

“La López Pereyra”, himno de los salteños y apropiada por innúmeros conocidos e ignotos intépretes, sigue viva y con muy buena salud en la memoria del pueblo. Ojalá todos los dramas pasionales dejaran canciones de este calibre.

La zamba creció sola, no necesitó de promoción alguna. Se “fue” de Salta como el viento, sin rumbos. Hasta que ocurrió todo lo conocido como “juicio por paternidad autoral” cuando un tal Don Andrés la halló sin que Don Artidorio la perdiera. Pero, el argumento de más peso fue el título y las constancias legales desbarrancaron cualquier fundamento que soño fundamentar el “hallador”.

El Dr. López Pereyra vivó en la ciudad de Salta en la calle “La Florida”, a la altura del nº 484 aproximadamente y se comprobó su actividad y las circunstancias en las que se constató su activa participación en el triste hecho que le tocó vivir al pobre Don Artidorio.

Todo lo aquí expresado tiene más de recopilación versionada generacionalmente y no tiene ninguna otra intencionalidad que la de hallarle al magnífico texto poético ese “por qué” fue escrito y cantado.

Sin ningún tipo de “dardo encubierto” invito a que repasemos su inigual carácter y, porque no, esa estructura literaria que, asociada a la fantástica melodía, hacen una obra, diría, insuperable hasta el presente. Vamos pues a su letra conociendo ya, al menos, una versión más de su historia ¿o leyenda?

LA LOPEZ PEREYRA

Yo quisiera olvidarte
Me es imposible mi bien, mi bien
Tu imagen me persigue
Tuya es mi vida, mi amor también

Y cuando pensativo
Yo solo estoy,
Deliro con la falsía
Con que ha pagado mi amor, tu amor

Si yo pudiera tenerte
A mi lado todo el día
De mis ocultos amores
Paloma te contaría

Pero es inútil mi anhelo, jamás, jamás,
Vivo solo para amarte,
Callado y triste,
Llorar, llorar

Me has dicho que no me quieres
pero eso no es un motivo
me privas de tu mirada
mi alma, sin ella no vivo

voy a ocultarme a una selva solo a llorar,

pueda ser que en mi destierro
tus ojos negros pueda olvidar.

En una noche serena
al cielo azul miré, miré,
contemplando a las estrellas
a la más bella le pregunté,
era ella la que alumbraba mi amor, mi amor,
para pedirle por ella
al Dios piadoso resignación.