lunes, 22 de noviembre de 2010

La Vuelta de Obligado - Día de la Soberanía Nacional

El día 20 de noviembre celebramos el Día de la Soberanía Nacional, recordando el Combate de la Vuelta de Obligado.
Es nuestro objetivo vincular esta importante fecha patria con nuestra música nativa.
Es por ello que haremos algunos comentarios sobre el Tema “La Vuelta de Obligado”, que es un triunfo cuya letra pertenece a Miguel Brascó y la música a Aquilino Candelario Merlo, conocido artísticamente como “Alberto Merlo”.
Al final de la entrada podrán escuchar a Don Alberto Merlo interpretando la obra señalada.

Miguel Agustín Brascó nació en la localidad de Sastre, el 14 de setiembre de 1926, es un reconocido escritor, humorista, dibujante, editor, crítico y sibarita argentino que se desempeña principalmente como especialista en vinos y comida gourmet. Abogado y periodista de larga data, es un agudo observador de la realidad argentina y mundial, de sus hábitos y tendencias.
Es autor además del chamamé Santafesino de veras y de la canción del Litoral  Agua y Sol del Paraná, con música de Ariel Ramírez, según reseña Emilio Pedro Portorrico en su Diccionario Biográfico de la Música Argentina de Raíz Folklórica.

Citando también a Portorrico podemos decir que Aquilino Candelario Merlo nació un 2 de febrero de 1931 en Colonia Bossi , Provincia de Santa Fe.
LA VUELTA DE OBLIGADO (Triunfo),
Letra de Miguel Brascó
Música: “Alberto” Merlo
Introducción:


"los hermanos sean unidos
porque esa es la ley primera
tengan unión verdadera
en cualquier tiempo que sea
porque si entre ellos pelean
los devoran los de afuera"


Noventa buques mercantes
veinte de guerra, veinte de guerra
Vienen pechando arriba
las aguas nuestras, las aguas nuestras

Veinte de guerra vienen
con sus banderas, con sus banderas
La pucha con los ingleses
quién los pudiera, quién los pudiera¡

Que lo tiro a los gringos
Juna y  gran siete
navegar tantos mares
venirse al cuete,
que digo venirse al cuete

¡A ver che Pascual Echagüe
gobernadores, gobernadores
Que no pasen los franceses
Paraná al norte, Paraná al norte

Angostura del quebracho
de aquí no pasan, de aquí no pasan
Pascual Echagüe los mide
Mansilla los mata, Mansilla los mata¡

Que lo tiro a los gringos
Juna y gran siete
navegar tantos mares
venirse al cuete, que digo venirse al cuete

Para ubicarnos históricamente en la fecha que celebramos, extractaremos textos y fotos del blog fantasmabayones.blogspot.com
El 20 de noviembre de 1845, se libró el combate de la Vuelta de Obligado, en el que fuerzas navales y terrestres de la Confederación Argentina, enfrentan a la escuadra combinada anglo-francesa que pretendía remontar ese paso y navegar libremente por el Paraná.
La batalla de la Vuelta de Obligado, es consecuencia directa del enfrentamiento entre el gobierno de la Confederación Argentina, a cargo de don Juan Manuel de Rosas y los gobiernos de Francia y la Gran Bretaña, que sin más destinaron una poderosa escuadra , para que lograse "la pacificación" ante los problemas existentes entre Buenos Aires y Montevideo. Pero en realidad lo que las potencias pretendían era obtener garantías que les permitieran practicar el comercio y el libre tránsito por el estuario del Plata y todos los ríos interiores pertenecientes a la cuenca del mismo, en una clara acción colonial , al estilo de las de la época.

La Defensa. La principal fortificación y puesto defensivo se instaló en el paraje denominado Vuelta de Obligado. .Allí el río alcanza unos 700 metros de anchura y un pronunciado recodo, que hace prácticamente imposible la navegación a vela.
Tres gruesas cadenas soportadas por lanchones fueron tendidas de costa a costa. Más un símbolo que una real defensa.
En la ribera derecha se montaron cuatro baterías aguas abajo, llamadas:
Restaurador, al mando de Álvaro Alzogaray,



General Brown , a cargo de Eduardo Brown, hijo del almirante.


la General Mansilla, dirigida por Felipe Palacios.
y más allá de las cadenas, la batería Manuelita (nombre dado en honor de la hija del Brigadier Juan Manuel de Rosas) al mando de Juan Bautista Thorne.

Además contaban con un total de treinta cañones, 160 artilleros y unos dos mil hombres al mando del coronel Ramón Rodríguez.


Y el bergantín "Republicano" artillado con 6 cañones, con la misión de defender las cadenas y evitar que estas fuesen cortadas.



Manuel Galvez relata el combate
El combate se inicia al amanecer. Las bajas argentinas son múltiples. Las pérdidas materiales y las averías también. Sin embargo, el agresor no queda incólume. Sufre serios daños.
Cuando se acallaban los ecos de la batalla, paradojalmente, se oirán en toda América y el mundo los ecos de la bravura de los defensores de Obligado.
" Dirigirá la defensa el General Lucio Mansilla En su carácter de comandante interino del departamento del Norte. …

Ha construido parapetos de barro, anchos de más de dos metros, para defender a las treinta y cinco piezas de artillería y ocultarlas. Hay mucho patriotismo y pocas municiones".
Los grandes barcos de `la misión de paz' se acercan.
Las dos márgenes aparecen llenas de hombres vestidos de colorado.
Son las nueve y media de la mañana. Y se entona el Himno Nacional.
Se oye : ¡Oíd mortales el grito sagrado! …
Y un unánime y ardiente ¡Viva la patria!' lo termina.
¡Fuego contra los infames agresores! De la parte de los patriotas salen proyectiles macizos, balas de las metrallas, cohetes a la Congreve. Pero los enemigos tienen ochenta y ocho cañones, todos de gran calibre.
Y pasa la mañana en medio de la lucha heroica.
A las cinco de la tarde termina el combate.
Los buques extranjeros han logrado abrirse paso. Sus marineros y soldados desembarcan.
Mansilla personalmente dirige una carga a la bayoneta para defender las baterías.
Han muerto ciento cincuenta argentinos y han sido heridos noventa. Han caído también algunas mujeres que atendían los heridos.
Un diario montevideano, sin embargo, declara que `nunca, desde la paz napoleónica, hallaron franceses e ingleses tan heroica resistencia'."
(Manuel Gálvez, Vida de Don Juan Manuel de Rosas, XIX, 6. )

Adolfo Saldías también se ocupo del combate:
El combate se inició al amanecer con múltiples bajas por parte argentina: 250 muertos y 400 heridos, 21 cañones de la batería cayeron en poder del enemigo que los inutilizó.
Asimismo, incendiaron los lanchones que sostenían las cadenas y se perdió el buque Republicano, que fue volado por su propio comandante ante la imposibilidad de defenderlo.
Los agresores, por su parte, tuvieron 26 muertos y 86 heridos y sufrieron grandes averías en sus naves que obligaron a la escuadra a quedarse 40 días en Obligado para reparaciones de urgencia.

Las repercusiones de la batalla tuvieron gran difusión en toda América.
Chile y Brasil cambiaron sus sentimientos - que hasta entonces habían sido hostiles a Rosas - y se volcaron a la causa de la Confederación.


Hasta algunos unitarios - enemigos tradicionales de Rosas- se conmovieron , como el general Martiniano Chilavert , que se ofreció a formar parte del ejército de la Confederación para defenderla de los enemigos europeos[Investigación histórica de Adolfo Saldías]



El marco político del conflicto
En 1845 la Confederación Argentina, gobernada por Juan Manuel de Rosas, sufrió la alevosa agresión militar de las dos principales potencias de la época: Gran Bretaña y Francia, que venían de hacer de las suyas en China y Argelia. Y por supuesto esta nación del lejano cono sur no podía ser rival de fuste....
Además , contaban con el apoyo explícito del bando unitario, que había emigrado a la ciudad de Montevideo y el de Fructuoso Rivera, oriental que había derrocado en esa ciudad al gobierno legítimo del general Oribe. Este, a su vez, sitiaba la ciudad por tierra y, desde hacía meses, por el río lo hacía la flota del viejo y glorioso almirante Brown.


General Oribe
Los europeos también especulaban con el apoyo eficaz del Imperio del Brasil, interesado en la Mesopotamia y en la Banda Oriental.
Por su parte, los Estados Unidos de Norteamérica, que ya habían proclamado la doctrina Monroe, la dejaron de lado para otras oportunidades más propicias: estaban demasiado ocupados en la anexión del estado mejicano de Texas.
La flota anglo-francesa primero ocupó Montevideo, exigió la libre navegación de los ríos interiores argentinos, y se apoderó mediante su artillería de grueso calibre –sin previa declaración de guerra- de la débil escuadra de Brown, quien le escribió a Rosas: "Tal agravio demandaba imperiosamente el sacrificio de la vida con honor, y sólo la subordinación a las supremas órdenes de V.E. para evitar aglomeración de incidentes que complicasen las circunstancias, pudo resolver al que firma a arriar un pabellón que durante treinta y tres años de continuos triunfos ha sostenido con toda dignidad en las aguas del Plata".
El mando de la escuadra apoderada se le otorgó al aventurero José Garibaldi. Posteriormente héroe destacada de Italia
Las potencias imperiales se dispusieron a internar el Paraná y el Uruguay, declararon el bloqueo de todos los puertos, apresaron los barcos mercantes y se prepararon a ocupar los puntos dominantes del litoral argentino.
La unidad de Garibaldi cañoneó, incendió, arruinó, tomó por asalto y saqueó la Colonia del Sacramento, luego tomó la isla Martín García, por el río Uruguay atacó al pueblo puramente comercial y desguarnecido de Gualeguaychú, saqueándolo durante dos días, a Paysandú, donde fueron rechazados, igual que en Concordia.
Pero a pesar de los atropellos, depredaciones y crueldades, la intervención no podía ocupar los puntos guarnecidos regularmente por la Confederación. La resistencia del pueblo se hacia notar.El rechazo al extranjero era unánime.
Es así que las potencias resolvieron que sus escuadras combinadas forzasen a cañonazos el paso del Paraná hasta llegar y tomar a Corrientes, a fin de dominar ese gran río…
Esta invasión , mereció los versos de don Vicente López y Planes , autor de la canción patria, que llamaba así al sentimiento generoso de los argentinos:

"Se interpone ambicioso el extranjero,

su ley pretende al argentino dar,

y abusa de sus naves superiores
para hollar nuestra patria y su bandera,
y fuerzas sobre fuerzas aglomera
que avisan la intención de conquistar.
Morir antes, heroicos argentinos,
que de la libertad caiga este templo:
¡daremos a la América alto ejemplo
que enseñe a defender la libertad!"

(Vicente López y Planes, Oda patriótica federal recitada en el teatro de la Victoria la noche del 5 de noviembre de 1845).



A las ocho y media de la mañana del 20 de noviembre de 1845 avanzaron sobre las baterías de Obligado once buques enemigos con noventa y nueve cañones de grueso calibre, de los cuales treinta y cinco eran Paixhans, de bala con espoleta y explosivos, acreditados por los estragos que habían hecho en los bombardeos de Méjico. Media hora después rompieron sus fuegos.
La banda del batallón Patricios hizo oír el himno nacional. Mansilla, de pie sobre el merlón de la batería Restaurador Rosas invitó a los soldados a dar el tradicional grito de ¡viva la patria!
Y a su voz arrogante y entusiasta, el cañón de la patria lo ilumina con sus primeros fogonazos.

Otra media hora después y el combate se generaliza, entrando todos los buques en acción. Los pechos de los soldados argentinos sienten por primera vez la lluvia de bala y metralla, pero sin embargo las baterías de tierra ponen fuera de combate dos bergantines ingleses.
Al mediodía Mansilla comunica a Rosas que el enemigo no ha podido acercarse a la línea de atajo, pero que dada su superioridad, cree que lo harán, porque a él le faltan las municiones para impedirlo.
Efectivamente, pocos minutos después el capitán Tomás Graig, comandante del bergantín argentino Republicano, que sostenía esa línea de atajo, quema su último cartucho. Cuando pide más municiones a tierra y le responden que ya no hay, hace volar su buque para no entregárselo al enemigo, y va con sus soldados a tomar el puesto de honor en las baterías de la derecha.


Los buques de la alianza imperial avanzan hasta la línea de atajo, sufriendo todos los fuegos de las baterías. Como un volcán arrojando serpientes de fuego en todas direcciones, el agua cubierta de nubes de pólvora quemada, entre estrépitos de muerte, el Paraná se convierte en un infierno.
En lugar prominente de este cuadro está Mansilla; y su esfuerzo prodigioso, y su vida que respeta la metralla, y su espíritu, pendiente de una probabilidad halagüeña, concentrados en ese punto del río Paraná, donde se juegan el derecho y la honra de la patria que él defiende. Hay un momento en que esa probabilidad parece sonreírle: es cuando los cañones de las baterías hacen retroceder algunos buques, ponen fuera de combate algún otro y apagan los fuegos de varios cañones enemigos.
Pero simultáneamente una lancha con un contingente inglés logra cortar las cadenas y hacer pasar del otro lado algunos buques.

A las cuatro de la tarde Alzogaray, con casi todos sus artilleros muertos, quema en su cañón el último cartucho.
La batería de Thorne es un castillo incendiado
El estampido del cañón sacude la robusta organización del veterano de Brown. El mismo Thorne dirige las balsas y los cañones, que hacen estragos al enemigo. Se fractura un brazo y se golpea la cabeza, de tal manera que perderá el oído para siempre. Desde entonces sus viejos compañeros le llamarán el sordo de Obligado.

Después de ocho horas de bombardeo incesante, los patriotas se quedan completamente sin municiones. Mientras los cañones de los buques enemigos siguen disparando, se lanza la infantería de desembarco sobre las diezmadas fuerzas argentinas.
Mansilla se pone a la cabeza y manda calar bayonetas.
Al adelantarse, es derribado por la metalla en el estómago y queda fuera de combate.

El coronel Ramón Rodríguez lleva otra carga con los Patricios y repele al enemigo; pero éste finalmente logra controlar el campo. Los europeos contaron ciento cincuenta bajas en la Vuelta de Obligado y sus mejores buques quedaron bastante averiados.

La victoria que alcanzaron los anglo-franceses resultó pírrica; quizás confiaron demasiado en lo que aseguraban los emigrados unitarios, su prensa y sus libros: que ante su presencia en las costas, los pueblos "sacudirían el yugo de Rosas y harían causa común con ellos".
Forzaron el pasaje del río y tal vez podrían dominarlo, pero supieron que no podrían avanzar tierra adentro, ya que se sublevarían contra ellos todas las fibras de un pueblo viril atacado en sus hogares.
Las noticias de las pérdidas comerciales sufridas por el convoy y los relatos de la hidalguía y bravura de los argentinos llegaron a Londres.
Los tenedores de bonos de deuda argentina reclamaban el fin de la intervención para poder cobrar.
Ante esta situación, los gobiernos extranjeros ordenaron el retiro inmediato e incondicional de sus escuadras en el Plata desagraviando al pabellón argentino con 21 cañonazos.

El general José de San Martín expresó desde Francia:
"Los interventores habrían visto que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que el de abrir la boca. (…) Esta contienda es, en mi opinión, de tanta trascendencia como la de nuestra emancipación de España".

Gran Bretaña, con el Tratado Arana-Southern, de 1847, concluyó definitivamente este conflicto y en marzo de ese año ordenó el retiro de su flota. Francia tardó un año más, hasta la firma del Tratado Arana-Lepredour.
Estos tratados reconocían la navegación del río Paraná como una navegación interna de la Confederación Argentina y sujeta solamente a sus leyes y reglamentos, lo mismo que la del río Uruguay en común con el Estado Oriental.


Además contaban con un total de treinta cañones, 160 artilleros y unos dos mil hombres al mando del coronel Ramón Rodríguez.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Coplas de olvido


Coplas de olvido
Letra: Angel Jacho Dimeo
Música: Patricio Quirno Costa

Ahora es noche y crece en mi mente

el recuerdo de un amor pasado

de ilusiones de dichas dolores
que prendidos en mi alma han quedado

Y recuerdo tus ojos tan claros
que creía empapados de cielo
y hoy los veo perdidos y ausentes
navegando en el río pecado

[Estribillo:]
La vida es tiempo y termina
pero no termina el alma
muchas cosas pudiste olvidar
no podrás olvidar esta zamba



Cuando pienso que fuimos un árbol

que a una rama quebramos en brote
no comprendo al dolerme a mi tanto
que vos rías de día y de noche

y ahora busco otra senda en mi vida
estoy solo pero no vencido
ya que el llanto por ti ha terminado
seguiré sin dolor el camino



La historia de esta hermosa zamba se remonta alrededor del año 1965.

Son sus autores: Angel Carlos Dimeo ("Jacho") -letra - Patricio Quirno Costa (música)


Allá por 1980 un amigo ("Lalo Jabois") en una guitarreada, antes de entonarla o desentonarla según como se mire, contó el origen de esta zamba: un hombre enamorado que luego de concluir la relación y después de mucho tiempo se entera que la mujer de sus sueños,"de quien creía sus ojos empapados de cielo", había interrumpido un embarazo del cual el enamorado nunca tuvo conocimiento.


De ahí que expresa:
"Cuando pienso que fuimos un árbol que a una rama quebramos en brote no comprendo el dolerme a mi tanto que vos rías de dicha y de noche"

No sólo emociona el tema sino también la poesía que la misma ostenta.

Para los enamoradizos, el comienzo del tema resume en dos líneas las principales características de una relación: "ilusiones, dichas, dolores".

Por esas cosas "de la Internet" quiso la vida que pudiera tener contacto con el autor de la letra: Carlos Angel "Jacho" Dimeo, a quien le pregunté si la historia que me habían contado tenía que ver con la realidad.

El que me contestó lo que a continuación transcribo, dejando aclarado que me autorizó expresamente a hacerlo público:
"La historia que te contaron esta MUY cerca de la real y es buena.

En todas estas formas de escribir, las METÁFORAS son lo mas difícil de encontrar pero creo que en Coplas de Olvido, mas o menos me acerqué a ellas.
La "interpretación" de la historia de esta zamba es algo que siempre me ha llamado la atención, porque ha trascendido impensadamente a lo que yo humildemente escribí, sin saber que iba a perdurar en la memoria del que la escucha.
Me acuerdo de un sacerdote cordobés, que CREO se llamaba OLIVERO de apellido, allá por el año 65 escribió TODO un libro a partir de Coplas de Olvido, tomando como punto de partida la frase: "La vida es tiempo y termina, pero no termina el ALMA " y por supuesto, la parte del árbol.
Hace dos o tres años atrás, me invitaron a una sociedad de sicólogos en Buenos Aires para que junto a la interpretación que ellos y alguno de sus pacientes hicieran de la letra, yo les aportara mas datos.
Otra anécdota que me contaron Los Nocheros ( Uruguayos ) que por el año 70 la hicieron conocida en España, es que la hermana del generalísimo Franco, Pilar Franco, una vez mando a uno de sus guardaespaldas en un lugar donde actuaban ellos a pedirles: " Dice Doña Pilar que por favor cantaran la canción esa de el árbol al que le han cortado la rama "......
Y son muchas mas las que me he enterado a lo largo de todos estos años, pero no te quiero aburrir.
Para mi LO MEJOR, es que el que la escucha, sea el encargado de interpretar lo que la letra y la música le hagan sentir.
Te cuento que la hice en Mar del Plata, en enero de 1964. A los pocos días Patricio mi socio peregrino le puso la música y comenzamos a cantarla con Los Pere. , estrenándola en LU9 Radio Mar del Plata. De allí en mas, nosotros la grabamos 3 veces con las distintas 3 formaciones del conjunto y otras grabaciones que conozco y tengo son las siguientes:
Hernán Figueroa Reyes, Miguel Saravia, Néstor Di Nunzio, Los Nocheros (uruguayos), Los Sin Techo, Facundo Saravia, Roberto Rimoldi Fraga, Grupo Alikanto, Gastón Cordero, Los Granjeños ( españoles), Dúo Cumpa, Las Voces de la Alborada y Los Federales. La he escuchado por algún otro conjunto y/o solista pero no tengo la versión grabada.
Bueno disculpame la extensión del mail, pero tal vez te interese la historia."

Abajo encontrarán un video de "Los Perigrinos" cantando esta bella zamba.

Les comento que Jacho ha enviado el siguiente mail con el objeto de comentar lo aquí publicado.

" Carlos. Muchísimas gracias por la publicación !!!
Con respecto a la interpretación de lo que quiere decir la letra, te reitero, lo importante es lo que quiera "sentir " el que la escucha. Ya casi no nos pertenece. Tiene mas de 40 años, mucha gente la conoce y son mas los que no saben quienes somos sus autores, o sea, casi podría decirse que ya PERTENECE al Folclore, lo cual para mi, es un orgullo.
Te mando un abrazo grande y como siempre, estemos en contacto.
Ángel Dimeo ( Jacho para los amigos ) "
s;

domingo, 14 de noviembre de 2010

La Pomeña




LA POMEÑA
Letra: Manuel J. Castilla
Música: Gustavo Leguizamón







La Pomeña

Eulogia tapia en La Poma
Al aire da su ternura
Si pasa sobre la arena
Y va pisando la luna

El trigo que va cortando
Madura por su cintura
Mirando flores de alfalfa
Sus ojos negros se azulan.

El sauce de tu casa
Esta llorando
Porque te roban Eulogia
Carnavaleando.

La cara se le enharina
La sombra se le enarena
Cantando y desencantando
Se le entreveran las penas.

Viene en un caballo blanco
La caja en sus manos tiembla
Y cuando se hunde la noche
Es una dalia morena.

Esta zamba fue compuesta en 1969, por Manuel J. Castilla (letra) y Gustavo Leguizamón (música) como premio a quien venció a Manuel J. Castilla (“el Barba”) en un contrapunto: Eulogia Tapia.
El episodio sucedió unos años antes, cuando el poeta había ido a la localidad de La Poma en época de carnavales para visitar a un primo. Como dice la primera estrofa, la protagonista es Eulogia Tapia, pastora de la localidad de La Poma; o sea que ella es La Pomeña.
Es costumbre allá en el Norte festejar el Carnaval con harina y agua. Además se estila hacer “el contrapunto” entre copleros.
Este contrapunto es una especie de payada, diálogo musical o duelo de inspiración que dura hasta que alguno de los contendientes pierde la inspiración: no puede responder con una copla lo que propone el oponente.
Como decíamos, la historia de “La Pomeña” se remonta a fines de la década del ’60 cuando “el Barba” Castilla había ido a “La Poma” (Departamento de Salta) a visitar a un primo para la época del carnaval.
De acuerdo con lo que puede leerse en el sitio del Diario La Nación, en un artículo del 11 de marzo de 2007 firmado por Juan Pablo Baliña, La escena que alude la zamba sucedió hace tiempo atrás, en La Poma. Aquella vez el sol pesaba sobre el boliche la Flor del Pago. Cuidando los intereses de los patrones un cartel repetía: "Almacén la Flor del Pago, no fío por temor al clavo". Detrás del mostrador estaba Amanda Aramayo, probablemente secando vasos con su delantal y tomando notas visuales de reojo. Del lado de los clientes, como escondido detrás de una cerveza, había un hombre barbudo: Manuel J. Castilla.”
Según la propia Amanda Aramayo el "Cuchi" Leguizamón no estaba aquella tarde allí, sino solamente Manuel J. Castilla. Luego veremos la versión de la propia Eulogia, relatada en enero de 2006 cuando se presentó en el Festival de Cosquín, que dice precisamente lo contrario.
Doña Amanda relata que Castilla ya estaba en el boliche cuando "en ese momento entró la Eulogia con la caja bajo el brazo y la cara llena de harina. Era joven, tendría 18 o 19 años en esa época y así nomás comenzó el contrapunto, que siguió hasta que Castilla no tuvo más que decir". Había ganado Eulogia. Bajo la mirada impávida del poeta derrotado la joven pomeña salió por la puerta, desató su caballo blanco y rumbeó para el lado de "las casas".
Al día siguiente Castilla pidió el tractor verde de la municipalidad y fue hasta el rancho de Eulogia, ubicado en Ampostuya. Amanda recuerda que tampoco en esa oportunidad le fue muy bien por el recibimiento que tuvo en el rancho de los Tapia. "No se va a creer, si don Joaquín, el padre, era bravo como el cardón".
Al regreso de la frustrada visita pasó por el boliche, "todo tiznado por el humo del tractor", según cuenta Amanda. A la mañana siguiente Castilla se fue.
Y esta es la versión de la protagonista:
"Yo he bajado de mi casa al pueblo para cantar. Ahí armaban carpas durante carnaval y se juntaban todos. Yo llegué con mi caballo blanco, como dice la canción. El Cuchi y Castilla estaban también ahí cantando con sus guitarras. Eramos muchos hasta que empezaron los contrapuntos (duelo de coplas entre uno y otro). La gente se fue yendo y yo me quedé sola con ellos dos en un duelo, hasta que les gané con una última copla que decía:"
Esta noche va a llover
agua que manda la luna
mañana han de amanecer
como pato en la laguna

"Ellos me preguntaron qué quería por haber ganado y yo les dije que me hicieran un tema".
Después el Cuchi y Castilla fueron a verla a su casa de adobe en La Poma. "Tuvieron que subir en tractor porque no había camino. Yo estaba con mi padre sembrando, entre la alfalfa, como dice el tema. También estaba el sauce, que está como llorando. Todo eso vieron. Y cuando hablan de «porque te roban Eulogia carnavaleando» era porque me habían robado una chiva. La canción recién la escuché como un año después en la radio. No me lo he creído al principio que hablaba de mí. Después me llenó de emoción."
¿Estaba el Cuchi Leguizamón esa tarde en "La flor del pago"? Probablemente tanto Amanda como Eulogia estén diciendo la verdad; aparentemente se había juntado mucha gente, y en el trajín de atender a los parroquianos la primera pudo no haberlo visto.
También es posible que el Cuchi no estuviera todo el tiempo y ellas se estén refiriendo a momentos distintos.
Otra cosa dudosa es que Castilla haya quedado resentido por su derrota, pues el hecho de ofrecerle un premio a quien lo venció hace pensar lo contrario. Incluso su visita a la casa de Eulogia, si uno se guía por la letra de la zamba, fue para conocerla mejor y poder escribir el tema que ella le había pedido.
Eulogia entonces tenía 18 años, ahora 60, pero su vida es la misma. Vive en la actualidad en un puesto de campo, apenas alejada del pueblo de La Poma, en el norte salteño. A pesar de la popularidad de su nombre las cosas no han cambiado mucho para ella. Cada mañana de verano se la puede encontrar con las botas de goma y ordeñando, o mateando con su marido bajo el alero de su casa de adobe.
De la página de Clarín rescatamos esta parte del reportaje que le hiciera en julio de 2010 Diego Jemio:

“A finales de los 60, los inseparables Gustavo “Cuchi” Leguizamón y Manuel J. Castilla llegaron al pueblo para celebrar el carnaval. Acá conocieron a una Eulogia adolescente, que trabajaba en el potrero junto a su padre cuidando animales y cortando alfalfa y trigo. Ahí mismo se desafiaron en un contrapunto de coplas, donde gana el que no pierde la inspiración. Eulogia derrotó a Castilla, un peso pesado de la poesía, autor de himnos como Bajo el sauce solo y Zamba de Argamonte . Y como premio se llevó un elogio y una promesa: “Su hija salió buena cantora. Le vamos a hacer una zambita”, dijeron el músico y el poeta.

“Ellos vinieron una vez al carnaval y nunca más volvieron. Al año o a los dos, alguien me avisó: ‘Eulogia, la están nombrando en la radio’. No les creí, pero mi mamá escuchó y me dijo que era yo. Me gusta la zamba, porque cuenta cosas que son ciertas. Cuando dice ‘el trigo que va cortando madura por su cintura’, se refiere a mi trabajo de entonces. También nombran al caballo blanco que yo tenía; ellos le preguntaron a mi papá cómo se llamaba el árbol que está al lado de mi casa”.

Eulogia vive en el pueblo viejo de La Poma; el sauce está en el mismo lugar y ella sigue sacando agua del mismo río.

La pomeña recuerda lo lindo que eran los carnavales en aquellos años. “Sabíamos mandar muchos caballos con sus cajas. Los animales llevaban manzanos y collares de serpentinas. Ahora no hay nada de eso: nadie anda a caballo ni con cajas; son contaditas las personas que cantan coplas. Ahora les gusta la cumbia y no lo de antes”. Tanto le gustaban a Eulogia los carnavales que uno de esos días se olvidó algunos animales, apurada por llegar al pueblo para el festejo.

“Con mi hermana dejamos tiradas las chivas en el cerro y vinimos a pasear al carnaval. Yo me confié, porque ellas conocían el camino y bajaban solas. Al otro día, cuando volvimos, faltaban varias”, recuerda Eulogia, que ahora pisa los 64 años. Cuando cuenta la historia, es imposible no volver a los versos de la canción, al maravilloso El sauce de tu casa está llorando/porque te roban Eulogia carnavaleando .
Son la diez de la noche y el festival está por comenzar. Afuera, sopla el viento helado, el termómetro marca diez bajo cero y las calles están desiertas. Buena parte de los dos mil habitantes del pueblo están en el Centro Deportivo de la Municipalidad. Pasan todas las fuerzas vivas del pueblo, un ballet y un cantor de Cachi. Y llegan las copleras, Eulogia y su comadre.

Parada en el gigante escenario de madera, la mujer canta y dobla el cuerpo como un junco. “Yo he visto unos ojitos y por esos ojos muero. Me han dicho que tienen dueño y así con dueño los quiero”. Su compañera contesta y Eulogia no se queda atrás, como aquella tarde en el potrero. “El rico le dice al pobre calavera chupador. El rico chupa en la mesa y el pobre en el mostrador”. El contrapunto y el festival siguen hasta las cinco de la mañana. Pero, esta vez, Eulogia se acordó de guardar los animales.

“En la casa todos sabían coplear, en especial las mujeres,”, cuenta la mujer, que tuvo 13 hermanos y que, de tanto escuchar y cantar, llego a ganarle al “Barba” Castilla. “Voy pensando las coplas en el cerro, mientras los animales pastan, porque en la casa no se puede. Siempre hay cosas para hacer”, cuenta Eulogia sobre la creación.

Como en aquellos años, ella vive del campo. Y cuenta que ahora está preocupada porque no llueve y la hacienda corre peligro. “Tengo mis chivitas y ovejitas y con mi esposo siempre sembramos algo: papa, arvejas, habas… Por ahí da y por ahí no por falta de agua o por el frío”. Eulogia tiene dos hijas. Una vive en el pueblo y la otra en Salta. “La ciudad es fiera. Me van a sacar muerta de acá. Yo acá no tengo luz ni gas, pero a mis hijos nunca les faltó nada; aunque sea mote les doy. Soy feliz acá en La Poma, m’hijo. ¿Pa qué me voy a quejar?” Nada fue igual desde aquella visita de los poetas trasnochados. La Poma será siempre el pueblo de la Eulogia. La de la zamba bella y la lengua filosa.”

Finalmente Patricia Salvarrey nos cuenta en www.cardon.com.ar “Yo no la canto. Me gusta, pero no la canto. Apenas en mi corazón la llevo”, dice y señala que no hay nadie más en el pueblo que lleve su nombre: “Pero allá en Salta yo supe que hay una Eulogia Tapia, y otra no sé dónde también”.

Porque están quienes la homenajean poniendo su nombre a las hijas. Pero también quienes se aprovechan de su celebridad: falsas pomeñas.

“Y se hacen famosas. Cuando los turistas no conocen, por lo menos en Cachi, por ahí, ellos preguntan quién es Eulogia, y algunas les dicen ‘yo soy Eulogia’. En serio. A mí me han dicho unos turistas que venían de Cachi para acá que una mujer les dijo ‘yo soy Eulogia Tapia, y vivo acá’, y la han hecho cantar, le han dado las propinas. Después vinieron a conocer La Poma, alguien les dijo que me vieran y ellos, asombrados, contaron: ‘Pero si ya vimos a Eulogia Tapia, ayer, en otro pueblo’. Pero después me encontraron…”.

Eulogia y su esposo viven solos, en una gran casona de adobe con arcadas que alquilan, rodeada por un sauce (que no es el de la canción, aclara Eulogia) y algunos árboles de damascos. Sacan agua de una acequia, y se alumbran gracias a un molinito de viento.

Entre los dos trabajan la tierra: el esposo siembra de todo un poco, y también tienen algunas chivas. “Sacamos leche, hacemos queso. Yo tejo frazaditas, medias, guantes, gorros, y cuando tengo los vendo”, explica la pomeña mientras cuida a dos de sus siete nietos. Cuenta que hace un tiempo estuvo en Cosquín, invitada al festival, cantando y recitando, y que de las coplas que interpreta, las más veteranas son de su padre. “Yo no compongo coplas, las descompongo”, dice riéndose la gran coplera, mientras espera la reimpresión del libro que recopila sus versos.

A Castilla y al Cuchi no los volvió a ver más. “Nunca volvieron”, dice Eulogia Tapia, que por estos días sólo espera arreglar algunas cosas de su vida cotidiana, ver crecer a sus nietos y seguir narrando la historia de la zamba que las maestras hacen cantar a los changos en la escuela. “Yo sigo contando la historia de La Pomeña hasta el día que cierre mis ojos. El día que cierre mis ojos, ya no la cuento más”, dice y regala una copla como despedida: Las estrellas en el cielo/ forman un arco imperial. / Mi corazón por el tuyo/y el tuyo no sé por cuál.

En la parte inferior podrán escuchar la versión de Hernán Figueroa Reyes.