domingo, 8 de noviembre de 2009

Merceditas



MERCEDITAS (Chamamé de Ramón Sixto Ríos)

(El material transcripto fue obtenido de Wikipedia y de la página oficial de Humboldt)

Las fotos corresponden al autor y las de Merceditas son del año 1940 y un tiempo antes de morir.

"Merceditas" fue Mercedes Strickler Khalov (1916-2001), una joven campesina que vivía cerca de Humboldt, provincia de Santa Fe, con quien el autor mantuvo en 1939 una relación de amor no correspondido, que inspiró la canción.

Ríos se casó pero enviudó poco después y no tuvo hijos, en tanto que Merceditas nunca se casó. Varias décadas después, siendo ambos ancianos, Ramón y Mercedes volvieron a encontrarse. Él volvió entonces a proponerle matrimonio, pero ella lo rechazó una vez más. Se mantuvieron en estrecho contacto hasta la muerte de Ríos, el 25 de diciembre de 1994; su último acto fue legarle los derechos de la canción. Ella vivió hasta los 83 años con el sentimiento de que Dios la había castigado por haberlo rechazado.

La historia

En 1939, el músico Ramón Sixto Ríos (1913 - 25/12/1994), nacido en la vieja ciudad de Federación, era un joven de 27 años que llegó al pueblo de Humboldt para actuar con un grupo de teatro en el Club Sarmiento.

Allí conoció a Mercedes Strickler (1916-2001), a quien todos llamaban Merceditas, una bella y campesina rubia y de ojos azules, tres años menor que él, residente en un tambo lechero ubicado en la zona rural aledaña al pueblo de Humboldt, provincia de Santa Fe. Merceditas, hija de inmigrantes alemanes, había perdido a su padre cuando era una niña pequeña y desde entonces había tenido que hacerse cargo del tambo con su madre y su hermana.

“El vino a Humboldt con una compañía de teatro. Una noche después de cantar, en el intermedio del espectáculo, me invitó a bailar. Yo acepté ¿Por qué no? Bailamos un tango”.

Ese primer encuentro se produjo en el Club Sarmiento de Humboldt. Ella vestía un vestido blanco y lucía el cabello largo y enrulado; él tenía un traje cruzado y estaba peinado a la gomina

Merceditas llamaba la atención, no sólo por su belleza, sino también por su espíritu independiente, inusual en las mujeres de la época. Solía presentarse en el pueblo sola, sobre una moto, con pantalones de tela de leopardo, botas y campera de cuero; montaba a caballo como un hombre y se iba sola de vacaciones a Córdoba. Era habitual que fuera el centro de los chismes y habladurías de los pobladores.

Ramón y Merceditas iniciaron una relación formal, que se mantuvo dos años, alimentado por las cartas que intercambiaban, ya que él vivía en Buenos Aires, a más de 500 kilómetros de distancia. Mientras duró la relación, Ramón iba esporádicamente a Humboldt a visitarla. De esos años son los versos de "Pastorcita de las flores", donde Ríos escribe:

Allá en los campos solitarios
vive la Pastorcita,
la encantada Merceditas
que es leyenda entre las flores
que su mano ha cultivado.
Ella es la rubia mía,
y todo el mundo lo sabe;
lleva en sus manos un ramo
de bellas flores silvestres
y al verla así es que parece
que son las flores sus manos
o que su manos florecen.

En 1941 Ríos decidió proponerle matrimonio, y para ello viajó a Humboldt con los anillos. Pero, inesperadamente, Merceditas rechazó su proposición:

“Me gustaba pero de un momento a otro lo dejé de querer. Fue el día que vino con los anillos para comprometernos. No lo acepté. Ahí me desenamoré Yo no quería comprometerme. Se fue de vuelta con los anillos”.

Se despidieron por última vez en la terminal de buses de Esperanza. Pese a la ruptura, Ramón y Merceditas siguieron escribiéndose varios años, hasta que ella dejó de contestarle en 1945. Él sin embargo persistió, varios años más, transmitiendo en las cartas el dolor que le producía ese amor no correspondido:

“Con los meses y los años no le contesté más sus cartas, no quería que perdiera el tiempo conmigo. Y entonces empezó a mandarme más cartas, todas con versos muy tristes, que me hacían llorar. Todavía las conservo. Versos muy tristes le salían, porque yo lo había dejado.”

Hasta que él también dejó de escribirle. La última carta dice:

“Llegaste hasta mí como una rosa muy blanca para dejarse deshojar entre tus manos y morirse así, muy dulcemente, casi con placer. No puede ser de otro modo, pues solamente las montañas no se encuentran, pero las personas sí y si puede ser que alguna vez nos encontremos, ya sea en esta vida o en la otra, siempre será grato tener un recuerdo amable de todo.”

De ese dolor surgió "Merceditas", la canción. Ramón Ríos la compuso en esa década de 1940, la grabó y la misma se convirtió en un éxito radial. La propia Mercedes Strickler recuerda el momento en que la escuchó por radio:

“Enseguida me di cuenta: la letra tenía frases enteras que Ramón me había dicho personalmente.”

Ramón Ríos seguiría su vida y se casaría con otra mujer, de la que enviudaría apenas dos años después. En la década de 1980 una revista de Buenos Aires publicó una nota que incluía un reportaje a Merceditas. Al leerla Ríos le escribió una carta invitándola a ir a Buenos Aires, reencuentro que concretaron poco después. Él volvió entonces a proponerle matrimonio, pero ella lo rechazó una vez más. Se mantuvieron en estrecho contacto hasta la muerte de Ríos, el 25 de diciembre de 1994, cuando tenía 81 años. Su último acto fue legarle los derechos de la canción. Ella vivió hasta los 83 años y murió soltera a los 84 años, el 8 de julio de 2001. Hasta el último momento vivió con el sentimiento de que Dios la había castigado por su conducta.

M: Yo lo quería mucho pero no estaba enamorada. Yo creo mucho en Dios y creo que cuando algo va mal es porque Dios me castigó.
P: ¿Dios la castigó?
M: Si, porque yo lo dejé

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